El centro histórico de Marbella desafía al futuro

Las nuevas propuestas de la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo de Marbella

 

MARBELLA, 16 DE MAYO DE 2016. Con motivo de la visita de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de la Pampa (CACIP), Marbella exhibe sus mejores argumentos para organizarse no solo como centro turístico y comercial, sino también para integrar al ciudadano dentro de la ciudad y cobrarse así un merecido protagonismo en el Centro Histórico de Marbella.

Durante un acto celebrado hoy en el Hospital Real de la Misericordia, al que acudió el concejal de Fomento Económico, Manuel Morales, y que presentó Carola Herrero, Presidenta de la Asociación de Comerciantes y Profesionales  del Casco Antiguo de Marbella, pudimos comprender la evolución del centro histórico marbellí cuando, hace treinta años, los comerciantes y profesionales de la zona empezaron a organizarse. “Hay ciertas tendencias globales que nos perjudican y debemos defendernos juntos”, ha sugerido Herrero en el marco de colaboración y entendimiento con la delegación comercial argentina, “para en un futuro defendernos unos a otros”.

La Asociación de Comerciantes y Profesionales del Casco Antiguo de Marbella nació en 1987 como respuesta al abandono institucional. “Me di cuenta de que hacía falta recomponer el deteriorado ámbito físico del casco antiguo, que se había  quedado viejo y sus calles se mostraban abandonadas, no había vigilancia. Hicimos un plan, el plan Tercer Milenio, en el que reconocíamos  nuestros  propios fallos, como la pérdida de preponderancia en el comercio. Adaptarse a las tendencias modernas era difícil y sacamos la conclusión de que el casco antiguo era desconocido, inaccesible y sin contenido. Queríamos prepararnos para el año 2000”, relato Herrero. Tras unos años de trabajo difícil, consiguieron gran parte de sus fines, entre ellos la  recuperación del entorno histórico.

“Llegamos al año 2000 algo recuperados, porque estos  planes te sirven de objetivo, nunca consigues todo. Los políticos no nos hacían caso. Es muy difícil convencerles de las cosas. Estos planes, cuando los plasmas en un papel, te sirven para explicarte mucho mejor y tener claro tus objetivos: dejar de ser desconocidos, dejar de estar encerrados, tener contenidos y ser competitivos. En esas hemos estado todos estos años. Al final conseguimos que se rehabilitaran edificios, que se peatonalizara el casco antiguo, etc. Se dio un paso de gigante en cuanto a la recuperación del entorno, aunque quedaran asignaturas pendientes”, ha contado Herrero.

Paralemente, se planteó la necesidad de tener una imagen unitaria de todo el comercio de cara a competir en la ciudad y contra Puerto Banús, convertido en emporio comercial para las grandes marcas y que debido a su tamaño no tenían cabida en el centro urbano. Al principio nos asustamos un poco y no nos atrevíamos a competir con eso. Ahora somos líderes frente a Puerto Banús, como puede verse en el posicionamiento web, hasta el punto que en verano somos la principal atracción de toda Andalucía, por delante de Sevilla.

 

 

En 2007, se realizó una revisión del plan, el plan Revive, en el que se comenzó a advertir que el turismo lo estaba invadiendo todo en detrimento de la vida tradicional del barrio. “Así que introdujimos factores nuevos. Siempre tienes que revisar tus propios planes y el resultado que obtienes, porque no siempre consigues lo que planeas. Hay caminos que no podemos controlar. De hecho, podemos cometer errores muy graves. La fuerza de nuestra asociación puede condicionar el destino de nuestra ciudad. Si no hubiéramos asumido la importancia del casco antiguo, probablemente no existiría. Hemos vivido 15 años de especulación absoluta. Llegué a escuchar que el casco antiguo era un puñado de casas viejas para tirar. Este mismo edificio quiso venderse como solar”.

Carola Herrero hizo balance de los últimos desafíos. “Frente los centros comerciales convencionales, que son iguales en todo el mundo, nosotros quisimos reforzar nuestra personalidad, nuestra forma de vida, nuestro entorno urbano. Trajimos el gas, el wifi y gente joven para vivir en nuestras calles, porque queremos recuperar a las familias y no depender solo del turismo. No se puede caer en ese error. No queremos una ciudad que esté cuatro o cinco meses cerrada, sin trabajar, y luego seis atiborrada de extranjeros. Estamos a la  búsqueda del equilibrio. Nos hemos turistizado completamente. El mercado a veces hay que regularlo para que te lleve hasta donde tú quieres”.

Con esa intención, desde hace tres años la asociación ha desarrollado el plan Haciendo Ciudad para recuperar al ciudadano de Marbella y la idea de que el centro histórico no puede morir de éxito. “Quiza pueda sobrevivir comercialmente pero morirá como parte de la ciudad. Será un decorado para celebraciones hasta quedarse hueco de personas y contenido. Esa es nuestra reflexión actual. Por eso participamos en foros distintos a los del comercio, como Civisur, para reforzar la participación ciudadana; o la Federación Andaluza de Centros Históricos para luchar contra la gentrificación y turistificación de los centros históricos andaluces. En ese sentido, el Happy Sábado o los Jueves al Casco son un buen ejemplo. Son eventos para los habitantes de la ciudad, para que la sientan como suya”.

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